“Me siento como si todos fuéramos cangrejos pero yo, un cangrejo ermitaño, que siempre va con su concha por si se tiene que esconder en ella.

Al principio digo con cautela un “HOLA” pero luego, poco a poco me voy metiendo en la concha, echando arena con mis patitas y cada vez hay más arena en la salida de la concha y cada vez, me cuesta más salir de ella”

Así me explicaba el otro día una de mis chicas, que se sienta delante de mí todas las semanas, como se siente cuando está en grupo. Estar en grupo la da ansiedad, imaginar los posibles juicios que puedan crearse sobre ella, la da ansiedad.

Por desgracia, esto que le pasa cada vez a más personas, y cada vez a y desde más jóvenes, es un gran temor a la evaluación negativa por parte de los demás estando en una situación social, como puede ser estar en clase, al realizar una exposición, acudir a una cita, una conversación con gente nueva etc.

En las personas que sufren esta ansiedad social su mayor preocupación es que los otros los valoren negativamente, bien por su forma de actuar, bien porque se haga visible su ansiedad (ponerse colorados, tembleque en la voz, temblor de manos…). 

Muchos reconocen que este temor es irracional y desmesurado y que esas situaciones que les causan tanta sintomatología no representan ningún peligro real para su vida ni su integridad personal. Aún así, es algo que no pueden controlar tendiendo a evitar dichas situaciones.

Normalmente, esta sintomatología suele aparecer en las adolescencia o principio de la edad adulta (entre los 12 y 18 años) siendo casos más graves los que aparecen en edades más tempranas.

El trabajo en este campo conlleva: psicoeducación, trabajo centrado en aumentar autoestima y autoconcepto, entrenamiento en la aceptación, reestructuración cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales etc

En Equilicuá Psicología sabemos muy bien de este tema, así que si te has sentido identificado y quieres conocernos no dudes en llamarnos y/o escribirnos, te estaremos esperand.