Como padres debemos estar pendientes del buen desarrollo de diferentes áreas de nuestros hijos, a saber, social, física, de salud, afectiva…

 

A través de la transmisión de valores y conocimientos, dotamos a los niños de una identidad concreta que le servirá para formarse un buen autoconcepto, un autoconcepto positivo. Debemos ayudarles a formarse una buena autoestima, sabiendo y aceptando sus capacidades y sus limitaciones. Debemos ayudarles a desarrollar unas buenas habilidades sociales que les permita relacionarse con los otros de manera sana y asertiva. Enseñarles diferentes recursos para la solución de problemas. Dotarlos de un sentido de pertenencia a su familia, a su grupo social…. Ayudarles a conocerse y conocer a los demás en el plano afectivo; entender y legitimar sus emociones; darles seguridad y protección; poner límites claros….

 

Cosas que podemos hacer son: compartir tiempo con ellos; responder a sus preguntas; estimular su curiosidad, hablar y compartir; corregir sus errores sin infundir temor a equivocarse; estimular su creatividad; compartir nuestras aficiones y dejarles que busquen las suyas; permitir que tengan su propio espacio; no invadir su intimidad si no es necesario; respetar sus momentos en los que que deseen estar solos; valorar y validar sus emociones…. Y sobre todo ser ejemplo.

 

La labor de los padres es una labor muy compleja y larga en el tiempo. Yo diría que es la labor más compleja que existe. Pero no debemos olvidar, que somos asesores, guías y acompañantes por lo que no debemos imponer nuestra voluntad sino educarlos de tal manera, que sean ellos lo suficientemente capaces de tomar sus propias decisiones de la mejor manera posible, con la seguridad de que, sus padres, les acompañan muy de cerca.

 

En Equilicuá psicología queremos y podemos acompañaros en esta ardua labor. Llámanos, escríbenos o síguenos y cuando quieras, hablamos.